No hay nada como unas vacaciones para relajarte, cambiar el “chip” y mimarte bajo los rayos del sol. Y si estás embarazada, pues mejor que mejor. Pero eso deben ser “unas vacaciones”. Cuida el destino, la durabilidad del viaje y lleva siempre contigo tu historial médico y el seguro. Y a descansar.
Si durante tu embarazo realizas una vida normal y no tienes ninguna complicación, ¿por qué no disfrutar de unas vacaciones si estás embarazada? A menos que tu ginecólogo te recomiende reposo, no hay motivos para no hacerlo. Eso sí, con cabeza y siguiendo una serie de precauciones generales.